20 may 2013

¿Qué árabe enseñar en la escuela española? Conferencia de Francisco Moscoso García



II Semana de la Diversidad Cultural en Asilim 

Lunes 20 de mayo 2013
Casino de la Reina
Embajadores-Madrid


  Conferencia de Francisco Moscoso García


 En la charla se reflexionó sobre la necesidad de tener en cuenta la lengua materna del alumno de origen marroquí en la escuela española, ya sea el árabe marroquí o el amazige, y el deber de considerar el árabe literal como una L2, y como tal abordar su enseñanza.

¿Qué árabe enseñar en la escuela española? 


        Victoria Khraiche - Nadie discute en la actualidad la importancia de desarrollar programas educativos que atiendan a la diversidad cultural y lingüística de las escuelas españolas. En las principales ciudades del país, nos encontramos con una importante parte del alumnado cuya lengua nativa no es el castellano ni ninguna otra lengua peninsular, pero del que sin embargo exigimos un desarrollo cognitivo en español.

    Usar una segunda lengua con fines académicos y alcanzar un desarrollo cognitivo óptimo son habilidades directamente relacionadas con la adquisición de la propia lengua materna o nativa, por eso, debemos tener en cuenta, además, que los niños y niñas, a medida que aprenden a usar su lengua nativa en tareas que exigen cada vez más exigencia cognitiva, desarrollan asimismo una competencia lingüística en todas las lenguas.

   A partir de estas premisas, Francisco Moscoso, profesor y director del Departamento de Estudios Árabes e Islámicos y Orientales de la UAM, nos convenció a muchos durante su charla el pasado día 20 mayo en Casino de la Reina, de la necesidad de revisar las actuales prácticas educativas que se dan en las escuelas españolas orientadas a tratar esa diversidad lingüística y cultural que aporta en este caso concreto el alumno con progenitores de origen marroquí.


   El árabe que se enseña en la actualidad a estos niños y niñas, conforme al programa hispano-marroquí de enseñanza de Lengua Árabe y Cultura Marroquí (LACM), impartido por profesores procedentes de Marruecos, es el árabe culto, que en realidad no es la lengua nativa de ningún árabe del mundo, sino una segunda lengua de prestigio, académica, en la que son formados la mayoría de los estudiantes de los países árabes  cuando no lo son en francés, en inglés o en español debido a la proliferación de escuelas internacionales.

   Así pues, en el contexto de la escuela española, a estos estudiantes se les está exigiendo en realidad aprender una tercera lengua, algo en verdad muy positivo y deseable si se atendiera asimismo de forma paralela al desarrollo de su lengua nativa, que además, no siempre es el árabe marroquí, sino el tamazige, pero que al no estar dándose el caso, probablemente resulte contraproducente. Esta situación podría explicar en gran medida el fracaso escolar de este perfil de alumno.

   Y cuando digo que Francisco Moscoso “nos convenció” esa tarde de la necesidad de valorar la posibilidad de enseñar en las escuelas españolas la lengua nativa de este alumnado es porque el tema resulta más polémico de lo que en principio puede parecer, especialmente para los que guardamos una relación estrecha con el mundo árabe por motivos académicos o para las mismas familias interesadas.


   En los propios países árabes, que viven en una situación de diglosia en la que las diferentes lenguas árabes nativas o variedades dialectales, según unos y otros autores, conviven con un árabe culto, estándar o elocuente, la mayor o menor presencia de esta lengua de prestigio en los ámbitos educativo, público y de los medios de comunicación se debe en la mayoría de los casos a razones ideológicas y políticas. Sin embargo, al profesor Francisco Moscoso estas cuestiones le parecen secundarias, y en su charla no se ha referido a ellas sino de manera indirecta, queriendo priorizar el análisis del contexto educativo español en concreto. Lo que aquí está en juego es el desarrollo cognitivo y el favorecimiento de la igualdad de oportunidades entre unos niños, que, además, serán probablemente más capaces de adquirir en un futuro o paralelamente la lengua árabe culta, entendida como una segunda lengua necesariamente, si se potencia debidamente su desarrollo cognitivo en su propia lengua nativa.


   Del ameno debate nos quedamos con una afirmación clave del ponente: “las lenguas son y deben ser todas bastardas”, porque dicha en su contexto comulga enteramente con otra de la que estamos plenamente convencidos en Asilim: que la riqueza cultural se funda en la diversidad, en una postura valiente ante el cambio y en la búsqueda de soluciones justas acordes al devenir histórico y la realidad social circundante.

   Gracias a Francisco Moscoso por su generosa y amena manera de hacernos reflexionar a todos sobre un tema tan escurridizo y complejo.


1 comentario:

  1. La fórmula de Moscoso es siempre la misma, se trate de Marruecos, de Ceuta o, como ahora, del resto de España: identificar el fracaso escolar (cuando no, incluso, una especie de subdesarrollo cognitivo) con la escolarización en cualquier lengua que no sea la nativa. Así, p. ej., se nos dice en el resumen de la charla que "el fracaso escolar de este perfil de alumno" (?) se "podría explicar en gran medida" porque se le está exigiendo aprender una tercera lengua, el árabe normativo. Ni la menor alusión al hecho, más que evidente, de que el fracaso escolar viene condicionado ante todo por circunstancias socioeconómicas, de exclusión, como demuestra el hecho de que las élites de todo el mundo se educan sin dificultad en una o varias lenguas extranjeras. Y ni la menor alusión, por supuesto, a la oposición que encontraría la "vehicularización" del árabe nativo en la contraparte del programa LACM, y por descontado entre los padres y tutores de los alumnos. Por qué no preguntarse, primero, qué árabe se quiere aprender en la escuela española.

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